Esta inteligencia se refiere a la capacidad para controlar los movimientos corporales y para manejar objetos con destreza, lo que supone el desarrollo de la motricidad gruesa, coordinación y la motricidad fina. Su lenguaje simbólico es el corporal y los niños con esta inteligencia disfrutan corriendo, saltando, bailando, actuando y gesticulando. Son felices con el teatro, la danza, los juegos físicos, el deporte y los objetos manipulables.